Reflexiones

Me gusta ir en autobús cuando voy sentada del lado de la ventana. Me gusta escuchar “In your eyes” por auriculares cuando llueve y estoy caminando. Me gusta ver llorar a un desconocido en la calle. No es que me guste si no que me provoca mucha ternura. Me dan ganas de acercarme y decir “estás bien?” consolarle. No me gusta ver dormir a la gente en el bus o el subte. A esa gente les golpearía con un bate de beisbol y les gritaría “despiertaaa!!” las caras que ponen al dormir, en ese lugar, en esa posición, no es bonito. Me gustan mis cicatrices. Las feas incluso. Y el lunar que tengo en el dedo corazón. Me gusta la forma del corazón. Del corazón de verdad. No me gustan las aceitunas, pero me encanta el aceite de oliva. No me gusta el carnaval. La gente disfrazada ni la batucada. No me gustan las aglomeraciones de gente. Me hacen sentir pequeña. Después de todo, creo que soy alguien bastante simple.

Conversaciones II

J- Te metes en la piscina?
D- Ni loco
J- Por?
D- Creo que se me va a parar el corazón y me voy a morir
J- Vaya
D- Vos, te metés?
J- Ni loca
D- Por?
J- Me mojo el flequillo y no traje el secador de pelo
D- Bueno.

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Grupo de chicas- Quién decidió que somos las mujeres las que tenemos que hacer la ensalada en el asado mientras ellos hacen el fuego?
J- Cierto.
Grupo de chicas- Totalmente injusto. Aunque por otro lado no sabría cómo se hace fuego...
J- Claro.
Grupo de chicas- …y después de todo no nos llenamos tanto de humo si no estamos cerca
J- Exacto.
Grupo de chicas- …en resumen, ellos pierden haciendo el asado
J- Por supuesto.
Grupo de chicas (yéndose hacia la cocina)- Vamos a hacer la ensalada? Le ponemos cebolla? Mejor no que luego...
J- Bueno.
(J. hace un giro de 360º y se queda sola en el lugar en el que estaba, al lado de la parrilla y con el fernet en la mano)