Camino a Paraty de regreso de Angra dos Reis, sentada en el bus, a un lado el mar, al otro la selva. El conductor iba a una velocidad exagerada por ese caminito estrecho, pero a pesar de todo yo no tenía miedo (raro en mí).
Hacía calor. Tanto calor que de pronto empezó a diluviar esa lluvia tropical y furiosa. Rayos y truenos.
Como estaba del lado de la ventanilla tuve que cerrarla porque nos empapábamos. En el mp3 empezó a sonar “Atoms for peace”, y decidí entreabrir la ventanilla dejando que saliera mi brazo que planeaba en el aire, mi cara pegada al espacio libre.
Y allí, con la lluvia golpeando mi brazo (y casi doliendo), escuchando la canción, oliendo a tierra mojada, a esa velocidad y de fondo, el verde del campo que se mezclaba con el vapor del suelo al chocar el agua de la lluvia con la tierra caliente, fui feliz.
Fotos del viaje en: http://www.flickr.com/photos/70797702@N00/